TELETRABAJO - las dos caras de la moneda
- Mariela Paredes
- 12 jun 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 25 jul 2023
Hablar de teletrabajo ya no es una novedad,
hemos tenido que adoptar esta metodología a nivel mundial nos guste o no. Una modalidad en la que permanecerán más del 50 % de personas, considerando el distanciamiento social que deben mantener las empresas que reabran sus actividades y los costos de bioseguridad.
¡Así que, es mejor comenzar a realizar los ajustes pertinentes para que el teletrabajo funcione, en lugar de esperar retornar a una normalidad que jamás será igual!
El Teletrabajo no es nuevo, este término fue acuñado por primera vez en 1973 por el físico estadounidense Jack Nilles, en la crisis petrolera de los 70, quien, en busca de alternativas de ahorro de combustible, planteó, "en lugar de llevar el trabajador al trabajo, llevar el trabajo al trabador", lamentablemente su propuesta no tuvo acogida porque el nivel tecnológico de la época no estaba a su favor, el auge de los ordenadores apenas comenzó en los 80 y el del internet en los 90.
En la actualidad, todo es diferente, tenemos la tecnología a nuestro alcance, internet, laptops, teléfonos móviles, la nueve, sistemas de gestión e inteligencia artificial, entre otros. Se ha comprobado que esta modalidad incrementa la productividad en un 25%; Es el sueño de los Millennials para tener flexibilidad horaria; Aventaja a la gente con discapacidades; En algunos países existen incentivos fiscales a las empresas que se acogen al mismo; Y pese a los eminentes ahorros en infraestructura y transporte, aún tenemos resistencia.
¿Dónde radica el problema?
Todavía nos guiamos por la frase de origen bíblico "ver para creer". Es más fácil controlar las variantes asociadas al trabajo en un solo sitio, que dispersarnos y adentrarnos al mundo privado de cada persona. Si bien los riesgos extralaborales y su incidencia en la producción, deben ser considerados por normativa laboral, muy poco se ha hecho al respecto.

Es que, en la práctica, aunque todos estemos bajo la misma lluvia, no todos tenemos el mismo paraguas o lo que es peor, algunos ni siquiera lo tienen.
Las dos caras de la moneda. El teletrabajo IDEAL
Comience el día haciendo un poco de ejercicios.
Tome una ducha y no se quede en pijama.
Desayune para tener la energía necesaria.
Comience la jornada como que fuese a salir de casa en un día normal de trabajo.
Designe un espacio para trabajar, ordenado, iluminado, libre de ruido, interrupciones y distracciones.
Silla ergonómica y computador portátil a la altura de los ojos.
Buena conexión de internet.
Objetivos claros para el día.
Respeta tu horario de almuerzo. Es una excelente oportunidad para estar en familia.
Evita el reflejo de luz sobre la pantalla.
Revisa tu lista de actividades para que nada se quede pendiente.
Realiza pausas y cambia de postura.
Festeje sus logros al final del día.
Despeje su mente antes de acostarse. Hablar con amigos, leer un libro o ver televisión puede ser una muy buena alternativa.

Lo ideal dista mucho de lo real
Qué pasa si la persona vive sola, por cualquier circunstancia, su pareja está de viaje, es divorciada o madre soltera.
Qué pasa si la personas que ayudan a cuidar a los niños, son los abuelitos y ahora no pueden, porque niños y abuelitos no son la mejor combinación frente al coronavirus.
Qué pasa si la persona que ayudaba con los quehaceres domésticos no puede llegar a laborar, porque no hay transporte, porque tiene miedo a contagiarse o simplemente ya no hay los medios para seguir pagando su salario.
Qué pasa si hay un solo ordenador en casa y también lo necesitan los niños para sus clases remotas.
Qué pasa si los niños aún necesitan ayuda de sus padres para recibir las clases.
Qué pasa si la mejor señal del internet es justo en el área social por donde todos transitan.
Qué pasa si las dimensiones de la casa no permiten tener un estudio privado.
Qué pasa si hay un bebé en casa al cual no podemos ponerle horario para su llanto.

¿Qué podemos hacer para mejorar el esta situación?
El micromanagement no tiene cabida en el teletrabajo.
El estilo de liderazgo controlador, tendiente a revisar cada paso y detalle, recordar constantemente lo que se debe hacer y cómo hacerlo, termina bloqueando la creatividad, generando dependencia, eliminando la flexibilidad horaria y aumentando el estrés. Usted tiene la ventaja de que la gente sabe lo que tiene que hacer, lo que ha cambiado es el lugar desde donde lo hace, salvo el caso que tenga colaboradores nuevos en periodo de prueba.
El teletrabajo se sustenta en la confianza.
Esto es parecido al Director de Orquesta. Usted es la persona que coordina a los músicos para que salga la mejor melodía que sea agradable para el cliente. Usted no puede convertirse en un músico más, aunque sepa tocar los instrumentos.
Los esfuerzos del líder deben orientarse a la revisión de los procesos.
Identificar bajo la realidad actual los nuevos cuellos de botella. Archivos físicos, autorizaciones conjuntas y firmas manuales, que crean dependencia de las oficinas. Buscar alternativas tecnológicas para que las personas tengan acceso remoto a la información y plantear alternativas para que los procesos sean menos burocráticos.
Si la melodía no está sonando bien, algo está fallando en la partitura y es misión del director de orquesta hacer los ajustes.
Cambie el liderazgo hostigador por un liderazgo colaborativo.
Pregunte a la gente que inconvenientes está teniendo en su trabajo y si tienen alguna idea de cómo solventarlo. Comparta las mejores prácticas e incorpórales a los procedimientos para homologar el CÓMO hacer las cosas.
Si no toma medidas oportunas, cada cual se acostumbrará a tocar la melodía a su manera.
Fortalezca un liderazgo empático y solidario
Descentralícese para conocer la realidad de cada persona en su núcleo familiar. Recuerde que estamos en una situación atípica, donde el plano laboral se ha fusionado con el plano educativo de los niños, los quehaceres domésticos, la vida en pareja entre otros. Si usted entiende el entorno de su gente será mucho más solidario al momento de tomar medidas, establecer horarios, coordinar reuniones, etc.
El estado de ánimo de los músicos impacta los resultados.
Defina objetivos e indicadores.
Su rol como líder es definir con claridad QUIEN va a ser responsable de qué, QUÉ se debe entregar y CUÁNDO se debe entregar para que fluyan los procesos. El CÓMO gestionar su tiempo quedará en libertad del colaborador en coordinación con su jefe. Tener objetivos e indicadores grupales permitirá incentivar el trabajo en equipo y la comunicación.
La orquesta debe saber QUÉ se va a tocar, QUIÉ va a tocar y CUÁNDO van a tocar.

Si quiere que el teletrabajo fluya en su empresa, no dude en contactarnos.
Mariela Paredes Dra. Psicología Industria, Master en Administración de empresas, Especialista en Human Factors y Manejo de Crisis. 25 años de experiencia en el campo de los Recursos Humanos. Sobre las 10.000 horas de capacitación en las cuales ha formado a más de 20.000 personas.
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